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Una mirada al uso de la inteligencia artificial en la industria de libro

Una mirada al uso de la inteligencia artificial en la industria de libro

Hemos escuchado hablar de ella. Asombra su capacidad para redactar textos, generar imágenes y videos apenas en un par de instantes, imitar las voces y los gestos de personas reales. ¿De qué se trata ese artefacto que llaman inteligencia artificial? En ocasiones, hay que mirar dos veces antes de determinar si lo que muestra la pantalla está hecho por un ser humano o por la tecnología. Está en boca de todo el mundo y parece ineludible. La inteligencia artificial llegó para quedarse.

En las industrias creativas y de distribución de contenidos, como la editorial, existe una inquietud creciente. La inteligencia artificial, se acusa, podría sustituir el trabajo de las personas. ¿Cómo proteger la labor de diseñadores o correctores de estilo, cuyo trabajo es indispensable en la cadena de producción de una obra? ¿Cómo asegurarse de que el texto que llega a la mesa de edición es original y no fue redactado por un programa de IA? Bajo la sospecha de infiltración, la presencia de esta herramienta plantea a editores y autores grandes retos y, sobre todo, problemas éticos que deben discutirse y resolverse en conjunto.

Sin embargo, el asunto va más allá de la vieja discusión ser humano vs tecnología. El uso de la IA puede, si se utiliza adecuadamente, facilitar algunas partes del proceso editorial. Aporta a los editores datos relevantes sobre los públicos y las perspectivas de mercado y cumple un papel importante en el campo de la propiedad intelectual: se discute su uso para detectar plagios, hecho que, en el escenario de la edición universitaria, contribuye a la difusión de contenidos originales producto de investigaciones académicas.

Indudablemente, la aparición de la IA ha tomado por asalto al mercado del libro. La discusión en torno a su uso está todavía en ciernes y ocupa espacios en las agendas editoriales y los foros de edición universitaria. Desde la UAM, entender la aplicación de tecnologías actuales desde la praxis ética es una prioridad. Discutimos al respecto: la inteligencia artificial fue el tema central de uno de los números más recientes de la revista Casa del tiempo, que puedes consultar aquí.