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Las webseries, un espejo de las representaciones sociales

Las webseries, un espejo de las representaciones sociales

Hoy en día, las webseries contribuyen a modelar el imaginario social contemporáneo en esta etapa de la globalización cultural, a esculpir aspectos centrales de la existencia, entre ellos el concepto de la memoria colectiva, la noción de familia, la idea de juventud y la imagen de la muerte y las relaciones interpersonales, entre otros asuntos medulares en la vida moderna, expresó el doctor Javier Esteinou Madrid, Profesor Distinguido de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Al moderar la presentación del libro Las webbseries en la hiper modernidad, de María Josefa Erreguerena Albaitero y editado por la División de Ciencias Sociales y Humanidades de la Unidad Xochimilco de la UAM, sostuvo que esta publicación resalta la importancia de este género de producción audiovisual como construcción del imaginario social a escala mundial, sobre todo por el inmenso consumo de la audiencia a partir de la pandemia.

Esto ha traído como consecuencia que grandes directores, productores, actores y guionistas hayan migrado del cine a las series, que ahora alcanzan gran calidad por la variedad de paisajes y temas, pero sobre todo por la profundidad de sus historias y personajes. El libro plantea que estos programas son “la imagen invertida de la sociedad”.

La doctora Lourdes Berruecos Villalobos, profesora del Departamento de Educación y Comunicación en la Unidad Xochimilco, expuso que el análisis de este texto revela la reactivación, promoción, estabilización e incluso el rechazo de ciertos estereotipos, siempre en resonancia con las representaciones sociales.

La obra ofrece un acercamiento al espejo de la realidad en el enfoque semiótico de diversos productos televisivos de streaming en la época pandémica, proyectando unidades de sentido que permiten producir significaciones particulares y contextos históricos, sociales y culturales.

La televisión de los años 60 y 70 del siglo pasado se deslinda y contrapone a la neotelevisión, lo que significa la ruptura total de la integración familiar para concentrarse en el individualismo.

De esa forma se trasgrede el espacio social establecido y surge el fenómeno de la hipertelevisión, con la adaptación de nuevos públicos y en constante interacción con las redes sociales que derivan en la hipertextualidad.

Berruecos Villalobos detalló que la autora sitúa las series en internet en una combinación de géneros, entre los que destacan el drama y la comedia, así como temas profusos transmitidos y dosificados en capítulos y temporadas, como alimento para los imaginarios sociales, en mezclas de ficción y realidad.

La posmodernidad imprime una pluralidad de puntos de vista como otra mirada del hacer y del sentir, pero no del ser. Esto se refleja en un tipo de protagonistas de las series web; ya no se trata de héroes que miran al futuro, al porvenir, centrados en valores, sino de antihéroes que viven el presente incesante conforme a sus intereses.

El análisis de estas producciones inicia con Mad Men como representativa del papel que juegan las normas sociales, los mitos, la identidad social y las instituciones en la edificación de la memoria colectiva. Los roles de género se representan distintos, con cambios en las dinámicas de pareja que abonan al desmoronamiento del ideal de familia como la infidelidad, el divorcio o la competencia laboral.

La homosexualidad y los derechos civiles afroamericanos se ponen en juego, así como también el de una sociedad en la que habita el tabaco, el alcohol, la droga y la violencia. El tercer capítulo del libro se centra en el gran pedestal sobre el cual se edifica una de las más importantes instituciones sociales: la familia.

De acuerdo con la autora, las series web exhiben sistemáticamente el concepto de familia y sus valores a partir del presente de la enunciación, aunque pertenezcan a otro momento histórico; es un ingrediente que refuerza un modelo parental hipermoderno en el imaginario social por medio de la elaboración de subjetividades. 

Erreguerena Albaitero, explicó Berruecos Villalobos, aborda el análisis de series que en los años 90 del siglo pasado mostraban la ruptura de parientes y los conflictos de clase, pero a partir del año 2000 las series exhiben el modelo monoparental, la familia ensamblada y una serie de nuevos estereotipos, lo que demuestra el declive del modelo patriarcal.

Lesbianismo, represión sexual, abuso de poder, corrupción policial en las instituciones penitenciarias estadounidenses, donde las reclusas crean su grupo doméstico, son algunos de los tópicos eje en las series del siglo XXI. En Mad Men se evidencian las transformaciones del núcleo familiar en unión ensamblada bajo un modelo homoparental.

Estos modelos se exponen en tres series televisivas: Game of Thrones, que representa a la ascendencia premoderna, del medioevo, dominada por el padre, rey y patriarca; Modern Family, que exhibe a la parentela ensamblada en el modelo nuclear, el estereotipo del proveedor y responsable de la formación de los hijos, así como de garantizar el statu quo.

La tercera serie, Breaking Bad, propone la visión del bien y del mal, el modelo nuclear y el fin del patriarcado, la decadencia y la desintegración familiar hipermoderna, así como la vivencia del presente y no del futuro.

Berruecos Villalobos señaló que la autora presenta un análisis comparativo de los papeles parentales en esas tres series con base en la función, la motivación y los valores, y concluye que la familia sigue siendo el núcleo social de denominación patriarcal por excelencia.

El maestro Diego Vargas Ugalde, académico del Departamento de Educación y Comunicación, precisó que la televisión dio un gran cambio a finales del siglo pasado con el advenimiento de las series que dieron pie a la creación de los streamings.

Con estas transformaciones, los sujetos consumidores de productos televisivos en el siglo XX dejaron de ser entes pasivos, que se ceñían a un horario y canal específico. “Ahora, los usuarios podemos elegir el contenido que queremos ver en el momento que decidimos”.

La autora es doctora en Ciencias Sociales por la UAM con estudios de posgrado en Sociología en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso); es especialista en el análisis del lenguaje audiovisual, la narración transmedia y los códigos de las redes sociales.