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Presentan Juventudes sitiadas, resistencias afectivas, en FIL Guadalajara

 Presentan Juventudes sitiadas, resistencias afectivas, en FIL Guadalajara

Las políticas de prevención en torno al consumo de cannabis en México y Latinoamérica han sido un fracaso rotundo y el discurso de “di no a las drogas” no ha creado sentido en aquellas juventudes que han decidido usarla como “un dispositivo que se inscribe dentro de las configuraciones identitarias”, afirmó el doctor José Alfredo Nateras Domínguez, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

El coordinador de la obra Juventudes sitiadas, resistencias afectivas, presentado en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, destacó que una de las razones de este infortunio es que no se ha comprendido que “el problema no es la droga en sí, sino la relación social que las juventudes establecen al consumirla en espacios públicos o privados, o incluso saliendo de un concierto con el entusiasmo de haber escuchado a tal o cual rocanrolero”.

Las evidencias de esta decepción se encuentran, entre otras, en el constante incremento en el número de consumidores, en la diversidad que se oferta dentro de los espacios de recreación y en los lugares del mercado, apoyado por las tecnologías, “ahora tenemos dealers cibernéticos”, que sin ninguna dificultad utilizan las estrategias de entrega de comida rápida a domicilio, sobre todo sucedió en la pandemia, detalló.

El investigador del Departamento de Sociología de la Unidad Iztapalapa consideró necesario establecer mecanismos más inteligentes respecto de la relación de los consumidores con la hierba, porque en la “historia de la humanidad todo el tiempo hemos tenido algún vínculo con las sustancias; nuestras comunidades ancestrales las usaban una y más veces”; en la revolución mexicana se hace referencia constantemente a ellas. De ahí la importancia de repensar “toda una reeducación” con respecto de los consumos.

Señaló que la droga ilegal más utilizada en México y en América Latina es la marihuana y que los sujetos que más la consumen son en un 80 por ciento las y los jóvenes; por tanto, ante este hecho “me parece que habría que construir esta cuestión en términos de ‘el derecho de sí’, respecto de la decisión que algunas juventudes ya tomaron”.

En el país existe un movimiento que cada año marcha para “ir construyendo espacios donde sea posible consumir y se pueden conseguir algunos artefactos culturales” en torno a ese consumo.

El integrante del área de investigación Psicología Política e Identidades relató que el libro trata, en ese sentido, de retribuir a ciertas juventudes una narrativa, un argumento teórico lo suficientemente sólido y solvente para que “no sólo sean usuarios de lo que utilicen”, sino también lo sean de un discurso que les pueda favorecer para, desde ahí, disputar el sentido y el significado ante los discursos hegemónicos y dominantes.

Por su parte, el doctor José Manuel Valenzuela Arce, profesor emérito del Colegio de la Frontera Norte e investigador emérito del Sistema Nacional de Investigadores, advirtió que “el gran problema que hay detrás de las historias de violencia y de horror que hoy vivimos en México se encuentra en el propio marco y políticas prohibicionistas”.

De acuerdo con el foro global sobre las drogas 2024, cerca del 5 por ciento de la población en el mundo es consumidora de estupefacientes, de ellos el 85 por ciento utiliza cannabis y el resto otro tipo de narcóticos, además cerca del 15 por ciento tiene problemas con su forma de consumo.

“Siempre he planteado la necesidad de leer al revés estos informes y estadísticas y decir que 95 por ciento de la población no consume narcóticos y, si bien el tema es que el cannabis es la que más se consume, pero nadie ha muerto por sobredosis o adicción a ella, ¿por qué nos estamos matando?”, enfatizó.

El investigador, indicó que sustancias como la marihuana “se vuelven amenazantes cuando ingresan al mercado capitalista”, porque es ahí donde interviene una gran estrategia prohibicionista que se expresó claramente en 1971 en la guerra contra las drogas de Richard Nixon, que en realidad fue una forma de injerencia política en otros países.

El texto hace una propuesta en la que se busca recolocar la discusión del tema del cannabis; es una apelación para entender que “mucho liberaremos de violencia, de muerte, de letalidad vinculada con las armas de fuego, de criminalización de ciertos sectores sociales, si se avanza en la despenalización del consumo”.

“En México estamos atrapados en una estrategia que no busca, que no se preocupa por los jóvenes ni por los niños, ya que las drogas de todos modos están al alcance de quien sea; por tanto, lo que tendríamos que hacer es repensar que pese a esta estrategia hay una salida que pasa por la lucha en contra de los marcos prohibicionistas, los cuales construyen dispositivos de injerencia y de control sobre los países y sobre los cuerpos de las personas”.

En la presentación al público de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2024 de Juventudes sitiadas, resistencias afectivas participó también el doctor José Claudio Carrillo Navarro, jefe de la Unidad de Apoyo a Comunidades Indígenas en la Universidad de Guadalajara.