Nueve crónicas en torno a la muerte integran el libro Camino a la fosa común
“Tratando de narrar cómo vemos la muerte hoy en México me encontré con embalsamadores, enterradores, una rezandera y conocí crónicas de una matanza en Oaxaca, lo que me llevó a escribir el libro Camino a la fosa común”, indicó Memo Bautista.
La publicación de la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y Producciones Salario del miedo, cuyo prólogo estuvo a cargo de Vicente Francisco Torres, está alejada del folclorismo y proporciona números, a los que se les quita la frialdad para intentar entender lo que significa que alguien fallezca.
Esta compilación de nueve crónicas, tres de ellas inéditas, tienen en común el tema de muerte, los oficios y profesiones en torno a este “fin irremediable”, de acuerdo con el creador y coordinador editorial de la página Crónicas de asfalto, reúne relatos, varios se publicaron en algún medio y aunque en un inicio pensó en algunos personajes urbanos acabó con esta temática sin dejar de lado que siempre “busca lo extraordinario en lo ordinario”.
El egresado de la Licenciatura en Comunicación Social de la Unidad Xochimilco explicó que se ha dedicado a escribir este género y no otro “porque tiene que ver con su facilidad para narrar la realidad, donde no tienen que crearse los intérpretes pues ya existen, tampoco el escenario, sólo hay que ponerlo en orden”.
Resulta más sencillo “presentarme con la gente diciendo que soy periodista y cronista, aunque en realidad soy un contador de historias que usa las herramientas del periodismo y de la literatura para relatar lo que está pasando”.
Bautista recordó que alguna vez escribió una historia sobre un individuo que recogía los restos humanos que se arrojaban a las vías del Metro y cuando se publicó “me llegaron muchos mensajes de que eso era mentira, que así no pasaba y creían que la había inventado, pero yo estuve ahí, lo cual es otra característica de la crónica, porque a veces toca ser testigo de lo que está sucediendo, ya que se trata de una narración de la verdad”.
Al abordar a los personajes que dan vida a este texto, refirió que varios de ellos se dedican al oficio de la muerte como embalsamadores, enterradores, gente que hace el llamado “trabajo sucio y mal pagado”, aunque hay protagonistas que no necesariamente están ligados a cuando la gente fallece.
De acuerdo con el autor de Camino a la fosa común, “se trata de que el actor hable cuando escribes en primera persona, porque todos ellos son gente que comparte su historia debido a que también tienen una urgencia de comunicar”.
El maestro Daniel Alberto Moreno Hernández, jefe de Producción y Distribución Editorial de la Unidad Azcapotzalco, señaló que las crónicas de este texto son muy actuales a pesar de que desde el principio del libro hablan de un momento histórico, de ciertos sexenios, que han trascendido, pues continúa y perdurará la relación con ese tipo de oficios.