La valía de los objetos en el arte, su importancia y su disputa del Museo Nacional de México
Estudios especializados y bien documentados acerca de distintos aspectos de la dispersión de las colecciones originarias del Museo Nacional es lo que cuenta el libro colectivo Objetos en tránsito, objetos en disputa. Las colecciones del Museo Nacional de México, en la versión en español, editado por Miruna Achim, Susan Deans-Smith y Sandra Rozental Holzer, y publicado por la Unidad Cuajimalpa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Durante su presentación en la Feria Internacional del Libro (FIL) del Palacio de Minería 2024, la doctora Rozental Holzer comentó que “queríamos hacer énfasis e invitar a pensar que no hay nada intrínseco en los objetos que conforman las colecciones que se han movido en términos de valor, significado y que se han desplazado también físicamente, hacia otra sala de un museo o a otra parte”.
Consideró que “la edición en español –a cargo de Juan Felipe Guevara– me gusta más; hicieron un trabajo increíble en la Casa abierta al tiempo para darle un espacio enorme a las fotografías que son parte de los argumentos del texto y en destacar la portada que hizo Mariana Castillo sobre una pieza suya y aunque dudamos mucho en cómo organizarlo decidimos no hacer una cronología que repitiera una especie de historia lineal”, detalló la docente del Departamento de Humanidades del campus Cuajimalpa.
Entonces, “se trata de una mezcla a nivel cronológico para generar tres secciones que tratan de pensar primero los Cánones; esto es, de qué manera una cosa se vuelve algo coleccionable o valorado como parte de las colecciones del Museo Nacional y las facetas de su historia; en Fragmentos se habla mucho del desprendimiento, del olvido, de la fragmentación de las colecciones a través de casos muy específicos, mientras en Perturbaciones es un poco una invitación a pensar en objetos que ocupan estos espacios que podrían estar en un lado, pero están en otro, cambiaron de lugares en términos de su poder y valor”.
Esta obra surge luego de cuestionarse cómo llegamos hasta donde nos encontramos, es decir cuáles son los procesos de negociaciones, los afectos, las disputas, las improvisaciones y los azares a que ciertas cosas se volvieran patrimonio nacional o colecciones de los distintos espacios que conforman las colecciones y de qué manera ha cambiado a través de 200 años de historia.
“En realidad nos percatamos de que tenía sentido hacerse, porque no existe en la historiografía mucho escrito sobre la historia de estas colecciones y del museo en general, lo que existe es repetir que las colecciones representan a la nación y que siempre ha sido así, que su valor es intrínseco, que fueron hechas con toda una intención de lo que era el país y queríamos desestabilizar e historizar esto, porque no había un trabajo de este tipo”, destacó la coordinadora del volumen.
Juntamos “cabezas” y hay textos de historiadores, de filósofos de la ciencia, antropólogos, de personas formadas en estudios culturales, en arqueología en restauración, sólo con diálogo interdisciplinario se podía lograr algo que permitiera abarcar la temporalidad y esta historicidad de las colecciones del Museo.
Además “nos dimos cuenta de que mucho de lo que nos estaba impulsando tenía que ver con una cultura específica de un momento político que está haciendo que todo el mundo cuestione los museos, una discusión que ocurre menos en México”, refirió la doctora Rozental Holzer.
El doctor Mario Rufer Damiano, investigador del Departamento de Educación y Comunicación de la Unidad Xochimilco y autor de uno de los capítulos de la obra, dijo que trata de cosas como piedras, reliquias, ruinas, huesos, momias, modelos, estatuas, fotos, inventarios, falsificaciones, instrumentos y especímenes de historia natural, y la invitación fue trabajar con la vida de los objetos, a “tomarnos en serio de algún modo la consigna de la vida de las cosas, lo cual tenía que ver con desnaturalizar un poco lo que ya sabemos, que es el funcionamiento de museo en tanto artefacto y estructura”.
La publicación tiene como intención traer de vuelta el cuerpo político de las cosas; “ese me parece que es uno de los desafíos centrales de este compilado, que además es precioso como objeto, porque tiene una edición muy bien cuidada en muchos sentidos, tales como la fotografía y la composición”.
El doctor Renato González Mello, del Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México, sostuvo que el volumen reúne estudios muy especializados acerca de distintos aspectos de las colecciones del Museo, donde hay una especie de colección nacional originaria que se dispersa en algunos casos de manera radical y hasta inexplicable.
Uno de los puntos “más dramático o trágico” da cuenta de que había cerca de cinco mil objetos en las colecciones de historia natural del recinto porfiriano y para principios del siglo XXI únicamente se pueden rastrear cinco, reducción muy sorprendente, si bien siempre existe alguna esperanza de que algún día vuelvan a aparecer.
A su vez la doctora Haydée López Hernández, de la Dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y una de los artífices de la obra, citó que el texto se originó en un seminario en Estados Unidos al que se sumó tiempo después para considerar algunos otros objetos o colecciones.
“La propuesta me encantó porque alentaba esta necedad que tengo desde hace años, quizá porque me formé como arqueóloga, además de fascinarme de la historia de los objetos, de su tránsito y resignificaciones constantes”, pese a esto, el proyecto significó un verdadero reto, entre otras cosas, “porque decidí dejar las piedras del pasado prehispánico y el alma nacional que son los temas a los que me había dedicado en los últimos años para virar al sujeto indígena y su representación fotográfica y museografía en los años 60 del siglo pasado, cuando el museo mudó su sede a Chapultepec, aunque yo me enfoco a las primeras décadas del siglo XX”, expresó.