La importancia de la tipografía en la edición de libros
Históricamente, el arte de diseñar letras ha acompañado al arte de hacer libros. En el siglo XV, el inventor de la imprenta, Johannes Gutenberg, comenzó a utilizar tipos móviles. Un tipo móvil es una pequeña pieza metálica que contiene la letra o signo que se va a imprimir. En el taller de Gutenberg –y, más tarde, en muchos otros talleres de imprenta– el llamado cajista se encargaba de juntar tipos móviles para formar palabras con ellos. A medida que se juntaban los tipos, se formaban también líneas de texto y después párrafos y páginas enteras, que iban generando el contenido del libro.
En la época de Gutenberg, los caracteres (que corresponden cada uno a una letra y signo diferente) eran de tipo gótico; no obstante, con el paso del tiempo, las letras cambiaron de forma según las corrientes artísticas y los intereses particulares de impresores: hay letras elegantes, discretas o demasiado visibles; están las llamadas cursivas y negritas, también las versales y versalitas. Después de Gutenberg, por ejemplo, en Europa se puso de moda la familia tipográfica romana. En Alemania era popular el tipo de letra Fraktur.
En 1465 se inventó la tipografía con patines o serifas, que son esas pequeñas líneas que se ven en los bordes de algunas letras y que hoy se utilizan en publicaciones donde predomina el texto, como los periódicos, revistas y libros impresos, con la intención de ayudar a la legibilidad. En cambio, los tipos de letra sin patines, como la famosa Helvética, que revolucionó el arte de la publicidad, están presentes en anuncios, páginas web y nombres de marcas comerciales.
La impresión moderna ha dejado de utilizar de manera amplia los tipos móviles, pero el diseño de letras sigue muy presente en nuestra era digital. Gracias a la invención de Gutenberg y al trabajo constante de impresores y tipógrafos a lo largo de los siglos, así como al desarrollo tecnológico del oficio de imprimir (que pasa por el linotipo, la fotocomposición, el offset y la impresión digital) hoy usar los tipos de letra disponibles resulta sencillo: basta abrir una amplia lista de familias tipográficas en nuestra computadora.
El arte de la tipografía resulta esencial para generar libros armoniosos, bellos a la vista, fáciles de leer y cuyo tipo de letra proporciona forma al contenido de la obra. Las páginas compuestas pueden aspirar o rebelarse a la simetría compaginada del libro, como ciertas obras que se crean para no leerse, para ser vistas, escandalizar o deleitarnos visualmente. Cuando un libro es amable a la lectura, se deja leer y no “cansa la vista” es porque detrás de las letras hubo diseño tipográfico y cuidado editorial.