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El tema energético, eje central de la economía y de libro de la UAM

El tema energético, eje central de la economía y de libro de la UAM

Para el mundo actual la energía es el eje central sobre el que giran las economías, ciudades y la vida diaria, sin embargo, los paradigmas capitalistas que ahora la generan no son sostenibles para un futuro amenazado por el cambio climático y la degradación ambiental, aseguró la doctora Aleida Azamar Alonso, académica de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Por ello, el libro El multicolor de la energía. Desafíos y oportunidades para la transición energética busca proporcionar una comprensión del contexto global en la materia, los recursos minerales esenciales, el tablero geopolítico, así como los desafíos y oportunidades hacia la sostenibilidad, sostuvo la autora de esta publicación.

“Nuestra preocupación, por llamarlo multicolor, radica en que la Transición Energética (TE) tiene muchas tonalidades que, aunque suelen considerarse verdes, pasan por muchos colores que alcanzan los grises y negros por su alta contaminación y los rojos porque hay vidas de por medio para obtenerla”, señaló durante la presentación realizada en la librería Rosario Castellanos del Fondo de Cultura Económica (FCE).

La investigadora del Departamento de Producción Económica de la Unidad Xochimilco explicó que cuando se quiere cambiar la matriz energética, no significa que la fósil desaparezca, sino que más bien se acumulan nuevas que alimentan el sistema de producción actual, cuya incesante búsqueda de ganancias depreda bienes naturales.

Como dato, para reemplazar todo el parque vehicular de China y Estados Unidos por carros eléctricos, como sus gobiernos proponen, se necesitaría todo el litio del planeta y el resto de los 25 minerales estratégicos, calificados como críticos por encontrarse en regiones periféricas, aisladas y vulnerables, pero no sólo eso, para extraer este metal se requerirían 600 litros de agua por segundo, además de que al hacerlo una gran cantidad de contaminantes se filtraría a los mantos acuíferos, propiciando un impacto ambiental profundo.

El desplazamiento que produce la instalación de minas de extracción, provoca una explotación laboral inhumana, en la que químicos, polvos y maquinaria pesada lastima pulmones y órganos vitales de sus trabajadores, por lo que las secuelas no sólo son de salud y medioambientales, sino culturales, de seguridad e incluso geopolíticas, donde lo peor es que esa transición energética no es utilizada en beneficio de los pueblos, sino de la industria, añadió la también Coordinadora de la Maestría en Sociedades Sustentables.

“El asunto de la energía es más crítico para la población que el ambiental, pero nadie lo toma en cuenta, aun cuando es la base fundamental sobre la que esta sociedad se ha construido”, apuntó el columnista de revistas especializadas y experto en el tema Edgar Ocampo Téllez, al comentar esta publicación conjunta entre la Unidad Xochimilco de la UAM y la Fundación Rosa Luxemburgo.

“Somos una civilización opulenta y de excesos, con niveles de consumo aberrantes y obscenos, y en esta etapa cúspide de su modernidad pensamos resolver el futuro con fuentes renovables, sin darnos cuenta de que en muchos sentidos suscita profundas consecuencias, lo cual no significa que estemos en contra de las renovables, sin embargo, no es posible pensar que la solución está en ellas, sin haber modificado las formas de consumo”. 

Ocampo Téllez, quien es profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México, aseguró que este libro es una profunda investigación objetiva, centrada en desmantelar los dogmas que han tratado de imponerle a la colectividad, y su lectura debería ser obligatoria en las preparatorias y universidades, porque de ello depende que la sociedad no vaya al abismo energético.

Se han hecho estudios que comprueban que por cada unidad de potencia renovable instalada se requieren tres veces los materiales que se emplearían para una unidad de potencia fósil, pero si a eso se suma que una unidad renovable posee sólo una cuarta parte de la capacidad de una unidad fósil, el asunto se vuelve escabroso, porque se necesitan cuatro unidades de energía renovable para sustituir a una fósil, lo que conduce a un vertiginoso saqueo de recursos.

Por su parte Carla Vázquez Mendieta, coordinadora de Proyectos de Energía y Justicia Climática en la Oficina para México, Centroamérica y Cuba de la Fundación Rosa Luxemburgo, indicó que las páginas de este volumen revelan información completa y desarrollada con la virtud de tenerlo todo en un mismo texto, que pone en el tablero una multiplicidad de piezas, colores y formas que ayudan a entender las disputas, debates y conceptos en el tema, dejando claras las implicaciones e insumos técnicos.

Condensa los debates políticos más importantes, sobre todo en el último capítulo relacionado con los impactos de la transición energética, con elementos que hablan de los planes corporativos y de las acciones que trastocan a los pueblos.

Vázquez Mendieta subrayó que la transición energética propuesta por los dueños de las grandes industrias no toma en cuenta a las comunidades ni las necesidades de cada región, por tanto, no puede considerarse democrática, de ahí que las formas para cambiarla e impulsarla deberían ser las periferias, donde sí existen modos y vínculos más ecológicos con saberes ancestrales y alternativas concretas para dejar de ser una sociedad profundamente consumidora de energía fósil.

Esas falsas propuestas, agregó, no cambian nada y tienen impactos iguales o peores, cuyo logro en beneficio de ellos ha sido desviar el debate y la atención hacia los avances comunales en materia de energía, los cuales cuestionan el estilo de vida todo electrónico y todo automatizado; el mundo de hoy con la accesibilidad a cierta tecnología no podrá continuar, pues no hay más recursos ni más planetas por saquear.