El arte de la encuadernación y el embellecimiento de los libros
Los libros son materia. Papel, desde luego, pero también cuero, cartón, hilos, grapas, alambres. Explorar la materialidad de un libro nos hace darnos cuenta de que sus componentes –cada uno de gran importancia– han sido unidos, o mejor dicho, encuadernados, para dar al libro su forma y también su cualidad material. El papel, antes dispuesto por separado en forma de cuadernillos –es decir, cada pliego de papel doblado donde se ha imprimido la obra– se junta con el lomo y las tapas –llamados en conjunto forros– para facilitar la conservación del libro o bien para darle una presencia editorial, pues en los forros se reproducen el título, el nombre del autor, la imagen de portada y los datos de publicación.
Encuadernar libros es un arte. Se trate de libros lujosos o materialmente simples, la encuadernación no siempre fue un proceso industrial. Un ejemplo primigenio está en los rollos de papiro o pergamino en los antiguos imperios griego y romano; una cubierta de cuero, sujeta con correas, permitía la conservación de las obras y las protegía de la lluvia, el polvo o el sol. Sin embargo, es con la invención del formato códex –que rige la mayoría de las publicaciones hasta la actualidad y que surgió en la Edad Media, con el auge de los libros manuscritos– que el acto de cubrir al libro tomó gran importancia y se convirtió en un respetado oficio.
Los libros encuadernados eran durables, de fácil manejo por parte del lector, muy transportables y también bellos, pues los materiales y los diseños propuestos por los encuadernadores estaban –y siguen estando– atravesados por una estética que aportaba a las publicaciones rasgos particulares: la cubierta de un libro podía ser de madera cubierta de terciopelo, tener adornos de plata u otro metal fundido, placas de oro o marfil, grecas o motivos heráldicos.
El hilo también toma un papel importante en esta historia, pues gracias a él los pliegos se mantienen firmes y unidos al lomo. En nuestros días distinguimos, de forma más generalizada, algunos tipos de encuadernación: en tapa rústica (o tapa blanda) que implica un costo y durabilidad menores; el libro de tapa rústica puede estar cosido o simplemente pegado al lomo. En el caso de los libros en tapa dura, el libro está envuelto en una cubierta rígida, de un material más duradero. Si bien no se trata de libros, la encuadernación en espiral es popular en cuadernos escolares. Y la encuadernación a caballo se refiere a la unión de los pliegos al lomo por medio de grapas: es popular en revistas, económica, rápida y permite a los lectores abrir completamente la publicación sobre una mesa.
Te invitamos a explorar nuestras publicaciones y comparar los distintos métodos de encuadernación que utilizamos en ellas. Te darás cuenta de que la variedad y la utilidad son factores que tomamos en cuenta al momento de producir los libros que llegan hasta tu hogar.