Casa del tiempo, año XLIII, vol. II, época VI, número 17, octubre-noviembre de 2024
A bordo de ensayos, testimonios, relatos, poemas, entrevistas e imágenes —alimentados por lecturas, anécdotas, vivencias y revisiones desde pueblos y ciudades de Baja California, Sonora, Coahuila, Sinaloa, Tamaulipas o Nuevo León— atravesamos en el número de octubre-noviembre estados del norte de México y su frontera para hacernos de un panorama variopinto de algunos hitos de su literatura, sus activismos culturales, su arte urbano, sus expresiones a contracorriente y las circunstancias que los ciñen: el agua, la migración, el desierto o el lenguaje.
Carlos Segoviano nos cuenta, en Travesías, la historia de los vitrales de Roberto Montenegro en la Escuela Industrial y Preparatoria Técnica “Álvaro Obregón” de la Universidad Autónoma de Nuevo León; Guillermo Vega Zaragoza, a partir de su lectura de Binvenido a la luz, novela de Edgar Álvarez Estrada, reflexiona sobre la labor del grupo Las Rastreadoras de El Fuerte, Sinaloa; y Genoveva y Annabel Castro nos describen el proyecto artístico y de investigación Zan, que comparte perspectivas sobre género, territorio, discriminación, sexualidad y violencia en la frontera norte de México y el norte de la India.
En Imagos, Yissel Arce Padrón nos introduce a la exposición “La acústica de Leonora Carrington. Arte, escritura y feminismos”, montada en la Galería Metropolitana de la UAM.
En Ágora, César Larrea García diserta sobre los activismos político-artísticos en la frontera y la contraposición del movimiento Light Up the Border —en contra de la inmigración indocumentada— y el grupo binacional Border Art Workshop / Taller de Arte Fronterizo —en
respuesta a las expresiones discriminatorias—.
En Fractales, Guillermo Bejarano Becerril halla rastros de cultura del norte en la poética del escritor juarense Jorge Humberto Chávez; y Amelia Aguirre elabora un texto que navega entre el relato y la crónica sobre las labores y los contratiempos de una mujer en un crematorio artesanal.
En el suplemento electrónico Tiempo en la casa, “Diente de león”, de Jorge Iván León Solórzano, una crónica autorreferencial sobre las sorpresas que depara “explorar tu propio microcosmos”.
A Contraluz, obras de Laura Ortiz Gómez, Andrés Montero, Carlos Manuel Álvarez y Mariana Bernárdez.
Parral (fragmentos)
Leticia M. Gámez Casillas
III.
Cuando niña mi conciencia usaba
la voz de la vecina para hablarme.
Ayer me enteré que su cuerpo
duerme entre los gusanos del panteón.
Me excuso en el luto
para desconfiar de los pasillos
que conocí de memoria.
Mi abuelo está entumecido
tras la telaraña de sus ojos.
Han pasado tantos meses, dicen,
frente al espejo:
han pasado tantos años, me digo,
y mi voz es un hilo sujeto
a la soledad de la infancia.
Entonces,
soy de nuevo esa niña
para quien el tiempo
es sólo un reloj con cuerda,
un retrato empolvado,
un florero marchito en la sala.
IV.
El pasado es un segundo piso
de un edificio derruido
¿Cuántas fotografías dejaste llorando?
Allá todo es tristeza
Y aquí,
goteras
muros húmedos
charcos.
V.
No avanza el tiempo, sólo el polvo.
El pueblo se maquilla en tonos sepia
para los turistas.
Las estatuas nuevas custodian calles
contra las colonias relegadas.
No hay sitio para la vejez
entre el fresco bronce.
Estamos mudos
porque tenemos la garganta
llena de arena.
El disfraz del minero es espectáculo
invención de historias
para el pueblo inmóvil.
Las aceras se pintaron de hollín,
quedamos sucios de por vida.