Esta obra se divide en tres partes: en la primera, hay una reflexión sobre la “temporalidad” de las ruinas: el tiempo de los arqueólogos, el tiempo del Estado, el tiempo de los creyentes y de los aficionados que excavan, desentierran, buscan y entierran; son tiempos de altísima densidad significativa. En la segunda parte, los textos propuestos abordan los rastros, las huellas de la ruina producida por los poderes modernos. La tercera parte trata sobre la ruina y sus performatividades: su capacidad de instalarse en el campo simbólico en tanto arte público urbano, arqueología y turismo patrimonial, que exceden siempre lo que una intención de poder la llevó a ser.
Esta obra se divide en tres partes: en la primera, hay una reflexión sobre la “temporalidad” de las ruinas: el tiempo de los arqueólogos, el tiempo del Estado, el tiempo de los creyentes y de los aficionados que excavan, desentierran, buscan y entierran; son tiempos de altísima densidad significativa. En la segunda parte, los textos propuestos abordan los rastros, las huellas de la ruina producida por los poderes modernos. La tercera parte trata sobre la ruina y sus performatividades: su capacidad de instalarse en el campo simbólico en tanto arte público urbano, arqueología y turismo patrimonial, que exceden siempre lo que una intención de poder la llevó a ser.