Xicotepec y su vereda de palabras poesía como puente: para entrar a otro mundo, uno que fue y ya no es, que ha dejado huella pero no es memoria sino presente erigido en vapores vegetales: la vida allí y aquí, articulada en estructuras verbales, se cuela por las paredes semiderruidas que aún con su erosión tocan la punta del húmedo aires, y transpiran una gramática olor a verde, que abraza, ensueña, traslada y funda.
Xicotepec y su vereda de palabras poesía como puente: para entrar a otro mundo, uno que fue y ya no es, que ha dejado huella pero no es memoria sino presente erigido en vapores vegetales: la vida allí y aquí, articulada en estructuras verbales, se cuela por las paredes semiderruidas que aún con su erosión tocan la punta del húmedo aires, y transpiran una gramática olor a verde, que abraza, ensueña, traslada y funda.
Xicotepec y su vereda de palabras poesía como puente: para entrar a otro mundo, uno que fue y ya no es, que ha dejado huella pero no es memoria sino presente erigido en vapores vegetales: la vida allí y aquí, articulada en estructuras verbales, se cuela por las paredes semiderruidas que aún con su erosión tocan la punta del húmedo aires, y transpiran una gramática olor a verde, que abraza, ensueña, traslada y funda.