La cultura del libro en la América Española siempre ha cobrado fascinación para muchas personas. Curiosidad alimentada por la idea de un Tribunal del Santo Oficio que persiguió y prohibió prácticamente todo acceso al conocimiento para los residentes de estos territorios sujetos a la normativa de la Corona Española. Sin embargo, hace décadas que el estudio de nueva documentación transformó radicalmente las valoraciones previas. En este contexto, las bibliotecas de los particulares quedaron fuera del interés pese a que estas colecciones también formaron parte de las bibliotecas institucionales que se fundaron en conventos, colegios, seminarios, noviciados y otras entidades de la época. Las bibliotecas privadas han sido estudiadas en su mayoría, mediante los inventarios post mortem. Sin embargo, la investigación que aquí se presenta analiza otras evidencias históricas que demuestran una compleja cultura del libro en Nueva España. Este texto explica los procedimientos inquisitoriales que se realizaron para revisar las bibliotecas de personas que habían fallecido, cómo se reglamentó esa tramitación, qué intereses perseguía, y los documentos que generaron dichos procesos. Pretendemos así contribuir a comprender mejor la cultura de un pasado que también delineó características culturales de esta parte de América.
La cultura del libro en la América Española siempre ha cobrado fascinación para muchas personas. Curiosidad alimentada por la idea de un Tribunal del Santo Oficio que persiguió y prohibió prácticamente todo acceso al conocimiento para los residentes de estos territorios sujetos a la normativa de la Corona Española. Sin embargo, hace décadas que el estudio de nueva documentación transformó radicalmente las valoraciones previas. En este contexto, las bibliotecas de los particulares quedaron fuera del interés pese a que estas colecciones también formaron parte de las bibliotecas institucionales que se fundaron en conventos, colegios, seminarios, noviciados y otras entidades de la época. Las bibliotecas privadas han sido estudiadas en su mayoría, mediante los inventarios post mortem. Sin embargo, la investigación que aquí se presenta analiza otras evidencias históricas que demuestran una compleja cultura del libro en Nueva España. Este texto explica los procedimientos inquisitoriales que se realizaron para revisar las bibliotecas de personas que habían fallecido, cómo se reglamentó esa tramitación, qué intereses perseguía, y los documentos que generaron dichos procesos. Pretendemos así contribuir a comprender mejor la cultura de un pasado que también delineó características culturales de esta parte de América.
La cultura del libro en la América Española siempre ha cobrado fascinación para muchas personas. Curiosidad alimentada por la idea de un Tribunal del Santo Oficio que persiguió y prohibió prácticamente todo acceso al conocimiento para los residentes de estos territorios sujetos a la normativa de la Corona Española. Sin embargo, hace décadas que el estudio de nueva documentación transformó radicalmente las valoraciones previas. En este contexto, las bibliotecas de los particulares quedaron fuera del interés pese a que estas colecciones también formaron parte de las bibliotecas institucionales que se fundaron en conventos, colegios, seminarios, noviciados y otras entidades de la época. Las bibliotecas privadas han sido estudiadas en su mayoría, mediante los inventarios post mortem. Sin embargo, la investigación que aquí se presenta analiza otras evidencias históricas que demuestran una compleja cultura del libro en Nueva España. Este texto explica los procedimientos inquisitoriales que se realizaron para revisar las bibliotecas de personas que habían fallecido, cómo se reglamentó esa tramitación, qué intereses perseguía, y los documentos que generaron dichos procesos. Pretendemos así contribuir a comprender mejor la cultura de un pasado que también delineó características culturales de esta parte de América.