En la poesía de Ma. de los Ángeles Pérez López hay un juego de asociaciones y correspondencias; los sentidos están alertas: hay aquí y allá olores, sabores, miradas que fijan aún lo más pequeño, un oído cuidadoso, el tacto ardiente. Sin adornos ni refinamientos, la autora podría tomar de Rubén Darío aquella famosa línea, y decir: “Si hubo un alma sincera ésa es la mía”.
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