En la segunda mitad del siglo XVIII, el rey de España, Carlos III, fue informado por sus embajadores en Rusia de que la flota de ese extenso imperio había explorado el extremo noroeste de América. El gobierno español envió varias expediciones para ver qué pasaba. Esta obra relata lo que Gonzalo López de Haro le informó al virrey de Nueva España sobre la presencia de los rusos en sus territorios americanos.
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En la segunda mitad del siglo XVIII, el rey de España, Carlos III, fue informado por sus embajadores en Rusia de que la flota de ese extenso imperio había explorado el extremo noroeste de América. El gobierno español envió varias expediciones para ver qué pasaba. Esta obra relata lo que Gonzalo López de Haro le informó al virrey de Nueva España sobre la presencia de los rusos en sus territorios americanos.