Las apariencias engañan. ¿Todo lo que vemos es lo que nos dicen o creemos ver? Si la poesía ya es revelación, este libro es un doble descubrimiento porque cada poema se adentra en la materia oculta de lo visible: el bastidor que sostiene una pintura, las sustancias que componen una píldora, los huesos o la grasa de un animal para usos distintos. Gato por liebre nos recuerda que "lo que no se ve del río también es superficie" y que hurgar en el fondo, en la parte trasera, en las primeras capas, es un ejercicio de curiosidad que produce increíbles recompensas.
Las apariencias engañan. ¿Todo lo que vemos es lo que nos dicen o creemos ver? Si la poesía ya es revelación, este libro es un doble descubrimiento porque cada poema se adentra en la materia oculta de lo visible: el bastidor que sostiene una pintura, las sustancias que componen una píldora, los huesos o la grasa de un animal para usos distintos. Gato por liebre nos recuerda que "lo que no se ve del río también es superficie" y que hurgar en el fondo, en la parte trasera, en las primeras capas, es un ejercicio de curiosidad que produce increíbles recompensas.
Las apariencias engañan. ¿Todo lo que vemos es lo que nos dicen o creemos ver? Si la poesía ya es revelación, este libro es un doble descubrimiento porque cada poema se adentra en la materia oculta de lo visible: el bastidor que sostiene una pintura, las sustancias que componen una píldora, los huesos o la grasa de un animal para usos distintos. Gato por liebre nos recuerda que "lo que no se ve del río también es superficie" y que hurgar en el fondo, en la parte trasera, en las primeras capas, es un ejercicio de curiosidad que produce increíbles recompensas.